El renting de coches permite, a cambio de pagar una cuota mensual, disfrutar de coches nuevos sin las preocupaciones propias de los coches en propiedad como seguros, mantenimiento, reparaciones o cambio de piezas. Dicho así parece una idea de lo más atractiva, pero claro, las cuotas que se pagan y el tipo y duración de contrato de renting pueden tener un coste alto, por lo que conviene saber cuándo y cómo es más rentable realizar un renting de coches.
Así pues, a la hora de optar por una fórmula de renting habría primero que sopesar cuáles son nuestras necesidades, esto es, cuántos coches necesitaremos (no es lo mismo un comercial autónomo que una flotilla de furgonetas de reparto), qué uso le queremos dar a dichos vehículos y de qué recursos financieros disponemos para afrontar una u otra inversión. Este último punto es especialmente relevante, ya que la disponibilidad o no de capital, así como el cálculo de los costes que representa comprar o efectuar un renting, pueden ser los motivos que hagan inclinarse definitivamente la balanza hacia una opción u otra.
Si nuestro negocio depende de los coches que vayamos a adquirir, hay que tener en cuenta que en el elevado coste mensual del renting irán incluidos servicios como el coche de sustitución (una figura clave para no bajar la productividad) o las revisiones y reparaciones (lo que asegura que no habrá imprevistos de carácter económico derivados del vehículo). Además, en el caso de que tengamos previsto realizar un número importante de kilómetros, es importante calcular que adquiriendo un coche en propiedad deberemos asumir el llamado “valor residual”, o en otras palabras, la depreciación del valor del vehículo (o vehículos) por el uso en el caso de que queramos renovar la flota.
Un último apunte para saber cuándo es más rentable realizar o no un renting de coches es el tema contable y fiscal. Hay que tener en cuenta, primeramente, que al adquirir vehículos mediante esta modalidad de alquiler no se dejan inmovilizados recursos económicos en bienes que tiene una alta capacidad de depreciación como es un coche. En contra del renting, en cualquier caso, decir que deberemos calcular si los costes de las cuotas (generalmente mensuales) son asumibles. Por tanto, la disponibilidad de los recursos económicos y del acceso al crédito, serán factores que también deberemos tener en consideración.
A nivel fiscal, hay que reseñar que para calcular el renting de coches hay que saber que, en el caso de que seamos autónomos o empresas, las cuotas de renting son elementos deducibles tanto del IRPF como del Impuesto de Sociedades siempre que el uso del coche sea de carácter profesional. El IVA de las cuotas, por su parte, se podrá desgravar en un 50 por ciento. Son, por tanto, muy diversas las circunstancias que deberemos valorar antes de tomar la decisión de comprar o realizar un contrato de renting, una fórmula que cada vez tiene más éxito en el mundo de la pequeña y mediana empresa.
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