Pagar o no pagar las multas... mejor recurrirlas con SADYR

En cuestión de multas, Dios quiera que no, pero si alguna vez tenemos que demostrar que nuestra palabra vale más que la de un agente de la policía, va a ser muy difícil demostrarlo. Claro que siempre nos queda la posibilidad de recurrir la multa, cosa que no interesa en absoluto a la Administración, que prefiere recaudar menos pero asegurarse su cobro.

Si decidimos recurrir la multa, debemos tener claro que perderemos la reducción por pronto pago, por lo que, de alguna manera, recurrirla nos estará costando dinero, pero es que a esto luego tendremos que añadir el tiempo para elaborar y enviar los escritos, sellar y hacer copias, y un largo etcétera de gestiones diversas. Es por eso que desde multas y sanciones de tráfico recomendamos la contratación de un buen seguro de defensa de multas con la compañía de seguros SADYR.

SADYR, creada en 1982 como compañía de seguros, puede realizarnos todas las gestiones por un precio módico anual de poco más de 43 euros. Así que, ¿por qué pagar una multa si pensamos que no hemos cometido la infracción correspondiente y no estamos conformes con la sanción?

SADYR, situada en la calle Almagro 24 de Madrid, tiene más de un cuarto de siglo de experiencia, ostentando el record de multas recurridas que no han tenido finalmente que pagarse (ni más ni menos que un 87,21 por ciento). No tienen límite en el numero de multas que se pueden recurrir al año, simplemente se recurren todas, hasta el final del procedimiento y sin coste adicional. Sólo hay que hacerles llegar la multa lo antes posible, ya sea por fax, correo, e-mail o personándose en sus oficinas, que inmediatamente sus abogados especializados la estudian para interponer el recurso más adecuado a la sanción.

Puesto que la mayoría de las reclamaciones no pueden resolverse con una simple llamada de teléfono o una carta, resulta muy conveniente señalar que SADYR cuenta con una extensa red de despachos de abogados concertados por toda la geografía nacional que nos pueden atender personalmente y sin tener que pagar más por ello.