Radares fijos
Radares de semáforo: Se trata de pequeñas cámaras de color negro listas para poner multas si un vehículo se ha saltado el semáforo o si ha sobrepasado el límite de velocidad. Sólo los hay en las ciudades.
Radares cabina: Están situados en las medianas y los arcenes de las carreteras. Se tratan de cajas metálicas verdes o blancas de aproximadamente metro y medio de altura.
Radares de tramo: Están instalados en los pórticos y miden la velocidad que han llevado los vehículos entre dos puntos. De momento están en pruebas y no nos pueden poner una multa con ellos.
Radares de pórtico: Están situados detrás de los paneles informativos. Se tratan de cajas blancas metálicas junto a las que hay una cámara con flash, cámara que será la encargada de hacernos la fotografía que servirá de soporte a la correspondiente multa o sanción.
Radares móviles
Radares camuflados: Son radares que pueden instalarse dentro de un coche o en un trípode en el arcén. Funcionan mediante haces de láser infrarrojo y son difíciles de identificar ya que son bastante pequeños. Es fácil que si conducimos por encima del límite de velocidad y pasamos junto a uno de estos radares, no nos podamos librar de la correspondiente multa.
No son radares
Medidores del tráfico: Son células fotoeléctricas encargadas de medir la intensidad del tráfico. Por lo tanto no miden la velocidad y no están puestas para multar.
En la foto también podéis ver otro sistema electrónico en el que se pueden ver claramente un par de cables y que también se utiliza para medir la intensidad media del tráfico en una carretera.
Cámaras: Se utilizan para grabar imágenes de la situación del tráfico.
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